El secretario del Trabajo y Previsión Social, Marath Bolaños, informó este miércoles en la conferencia matutina, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, que México transitará hacia una jornada laboral de 40 horas semanales mediante una reforma constitucional y ajustes a la Ley Federal del Trabajo. El proceso será gradual y concluirá en enero de 2030, con una reducción paulatina de dos horas por año a partir de 2027.
Bolaños explicó que la disminución de la jornada laboral no implicará reducción de salarios, sueldos ni prestaciones. Subrayó que el objetivo es garantizar derechos laborales sin afectar ingresos, una discusión que en los últimos años había generado fricciones entre sindicatos, empresas y autoridades. El funcionario detalló que el planteamiento busca orden, claridad y certidumbre para todos los sectores.
En la misma presentación, la STPS anunció que, por primera vez, la ley establecerá la prohibición expresa de que personas menores de edad trabajen horas extraordinarias. La medida responde a recomendaciones internacionales y al compromiso del país con el combate al trabajo infantil en todas sus modalidades.
El secretario también precisó que la suma de horas ordinarias y extraordinarias no podrá superar las 12 horas en un solo día. Aunque el marco actual ya contemplaba límites, la nueva disposición busca cerrar vacíos legales y evitar jornadas excesivas. En este punto, Bolaños insistió en que las horas extra solo podrán realizarse cuando la persona trabajadora así lo decida de manera voluntaria.
Ante la reducción de la jornada ordinaria —que bajará de 48 a 40 horas semanales— se incorpora un nuevo esquema para el trabajo extraordinario. Ahora podrán laborarse hasta 12 horas extra por semana, pagadas al doble del salario ordinario, y distribuidas en máximo cuatro horas diarias durante cuatro días. Las horas pagadas al triple quedarán limitadas a cuatro por semana, reemplazando el esquema previo que no tenía una barrera explícita.
La dependencia también establecerá la obligación para los centros de trabajo de llevar un registro claro y verificable de las horas ordinarias y extraordinarias utilizadas. Este control será clave para inspecciones, verificaciones y posibles procedimientos administrativos, especialmente en sectores donde las horas adicionales son una práctica frecuente.
El anuncio ocurre en un contexto global donde varios países han adoptado esquemas de jornadas más cortas para mejorar productividad y bienestar laboral. En México, la discusión se intensificó en años recientes por cambios en el mercado de trabajo, el crecimiento del empleo formal y la presión de organizaciones que argumentaban que la jornada de 48 horas era una de las más largas de América Latina.
De acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), México ha mantenido por décadas uno de los promedios más altos de horas trabajadas al año entre los países de la OCDE. La implementación escalonada busca mitigar impactos en pequeñas y medianas empresas, que han solicitado ajustes graduales para adaptarse sin afectar operación ni nóminas.
Con la propuesta presentada hoy, el Gobierno Federal da un paso hacia un nuevo marco laboral que busca equilibrar productividad, tiempo de descanso y condiciones dignas. El Senado será el encargado de analizar las reformas correspondientes una vez que sean enviadas, proceso que podría detonar una discusión amplia entre los sectores involucrados.