En diciembre, mientras la ciudad se llena de luces, posadas y tráfico que avanza a la velocidad de un bolero triste, millones de trabajadores esperan una sola fecha: el depósito del aguinaldo. Este pago, obligatorio por ley en todo el país, es uno de los ingresos más importantes del cierre de año y un apoyo clave para enfrentar gastos, deudas o simplemente respirar un poco ante el fin de quincena permanente.
De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo (LFT), todos los empleadores deben entregar el aguinaldo antes del 20 de diciembre de 2025. No hay excepciones: oficinas, talleres, negocios familiares y empresas grandes están obligados a cubrir esta prestación, aun si el trabajador no cumplió el año completo en el empleo. La norma es clara y su incumplimiento puede derivar en sanciones económicas por parte de la autoridad laboral.
El monto mínimo que se debe pagar es de 15 días de salario, aunque algunas empresas otorguen más como parte de sus políticas internas. Para los trabajadores eventuales, de medio tiempo o quienes ingresaron a mitad de año, el cálculo se realiza de forma proporcional a los días efectivamente laborados. Este modelo evita confusiones y estandariza la prestación sin importar el tipo de contratación.
El cálculo general es sencillo:
(Salario diario x 15) ÷ 365 x días trabajados en el año.
Por ejemplo, si una persona gana 500 pesos diarios y trabajó todo el año, su aguinaldo mínimo será de 7,500 pesos. Si trabajó solo seis meses, recibiría la mitad. Esta operación, recomendada por especialistas en seguridad social, es la forma más clara de estimar el monto antes del pago oficial.
Para quienes reciben salario variable —por comisiones, propinas o pagos mixtos— la LFT establece que deben promediarse los ingresos diarios del último mes. Esto evita que el aguinaldo se calcule sobre una cantidad atípica o menor, garantizando que el trabajador reciba un monto justo. En el caso de empleados con salario mínimo, el cálculo se realiza con base en el monto vigente para su zona económica y nivel profesional.
La Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet) recuerda que, si el empleador no paga a tiempo o entrega un monto menor al que corresponde, el trabajador puede presentar una queja gratuita. La institución atiende estos casos incluso durante el periodo decembrino, cuando suelen aumentar las inconformidades. La recomendación es conservar recibos, contratos o cualquier documento que ayude a acreditar la relación laboral.
Especialistas en educación financiera recomiendan destinar una parte del aguinaldo a gastos obligatorios de fin de año, otra a ahorro o emergencias, y solo un porcentaje pequeño al consumo festivo. Aunque el ambiente decembrino invite a gastar como si enero no existiera, el aguinaldo está pensado para aliviar el bolsillo, no para hundirlo en deudas nuevas.
Para millones de familias en la Ciudad de México, este ingreso representa más que una tradición laboral: es la oportunidad de cerrar el año con estabilidad y planear, aunque sea un poco, el que viene. Con precios al alza y presiones económicas permanentes, el aguinaldo continúa siendo un respiro indispensable en el calendario salarial del país.
